domingo, 28 de marzo de 2010

SIRENAS

En esta super-urbe, como es Budapest, hay una cosa a la que no logro acostumbrarme y es la de los servicios de emergencia, ya sea bomberos o policía con las SIRENAS a todo trapo, es ensordecedor, ni punto de comparación con las que conocemos en nuestros lares, aquí las ambulancias utilizan los raíles destinados a los trole-buses para circular cuando van en situación de emergencia.

Ahora mismo el cielo está encapotado, parece que no hemos salido de nuestro entorno, temperatura fresca a esta primera hora de la mañana. Como estoy al lado de la ciadadella, me voy a acercar a dar una vuelta por todos sus alrededores, seguro que está muy tranquila. Cogeré la cámara de fotos, el plano (para no perderme) y a patear hasta la hora de comer.

He cambiado de plan, después del desayuno se ven las cosas de otra manera, Janos-hegy, el monte de Juan, dicen que es la colina más conocida de Budapest, 433.5 metros de altura, me he pintado un plano a mano en un papel y voy a ver si consigo llegar, aunque es muy fácil, esto es igual que cuando vas a un monte, todo para arriba, como siempre lo ves es fácil orientarte, lo difícil es cuando bajas y todos los arboles parecen iguales y no consigues coger la senda correcta, entonces acabas perdido, aquí en una ciudad cuyas calles no conoces, cuando baje, seguro que todas las calles y casas me parecen iguales. Ya os contaré a la vuelta, espero sacar unas buenas fotografías. La ida se hace en 2h andando, supongo que será para el que vaya con el GPS puesto.

Misión cumplida, el monte Janos-hegy, la verdad sea dicha no ha sido muy complicado subir, será porque me he hecho un buen mapa, algunas de las calles si que estaban bastante empinadas, se encuentra en la zona de Buda, donde no hay practicamente terreno llano, es decir, en cada colina de las montañas que conforman esta parte de la ciudad están repletas de edificaciones, normalmente de una sola planta.



En la parte más alta del monte se encuentra la torre de Erseberet, las vistas hubiesen sido perfectas si el tiempo hubiese estado como lo está ahora mismo, mientras escribo estas líneas, está mañana estaba bastante encapotado, ahora, después de comer ha salido el sol, así que los que suban durante esta tarde podrán disfrutar de un tiempo esplendido y unas vistas bastante generosas.


La torre la verdad es que es muy bonita, no quiero imaginarme como estará en verano, con todo lleno de turistas, esta mañana eramos dos y el del tambor, lo que si había era gente corriendo, en la parte final hay paralelo a la carretera una pista de tierra y hacía un tiempo estupendo para correr, he podido subirme a lo alto de la torre sin problemas, pero en la lontananza no se veía nada.

Me voy a ir a ver a los Harlem Globetrotters en el otro extremo de la ciudad, espero pasar un rato por lo menos divertido, de paseo tengo un poco mas de 1 h, primero tendré que conseguir una entrada, espero que me hayan dejado alguna libre estos magyares.




Ya he vuelto hace un rato después de ver un espectáculo de baloncesto, porque así es como hay que definirlo, un auténtico show, para vender este deporte en cualquier parte del mundo. Los malabarismos que hacen con el balón en las manos son exagerados, los mates y el dominio del show-time, los convierten en unos verdaderos embajadores de este deporte fuera de las fronteras americanas.


Eso sí, no les pidas que metan dos canastas seguidas desde larga distancia porque lo tienen un poco complicado, todo desde debajo del aro, así yo también!!, bueno...ya metieron desde el centro del campo en una ocasión e incluso de espaldas a la canasta también desde el medio del campo.

Como recuerdo me he traído la entrada firmada por uno de ellos, se la regalare a un compañero de trabajo, ex-jugador y ex-entrenador de baloncesto (seguro que me dice que ya la tiene!!!); la cantidad de empujones y pistones para poder traer una firma han sido espectaculares, había quien las llevaba por pares y a mi con solamente una me era suficiente, quizás debía de haberme puesto una peluca rubia y una buena delantera, como se le salían los ojos de las órbitas al que me la firmo cuando apareció una de esas.

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