Al ir a sacar un foto, siempre nos gusta que el monumento en cuestión no tenga nada delante del mismo que nos impida sacarlo limpio, sin elementos extraños que distorsionen su verdadera esencia. En los tiempos modernos en los que vivimos eso es un trabajo arduo, es casi imposible, salvo para aquellos que disponen de mucho tiempo y conocen el lugar, el obtener instantáneas de un monumento sin elementos que distorsionen nuestro objetivo.
Los semáforos, las farolas, los cables de tensión para tranvías y trole buses, los faros de los vehículos, las señales o paneles informativos, los vehículos que circulan por las calles, el sol en los días claros, en total en poco rato hemos encontrado siete elementos con los que un fotógrafo urbano debe de lidiar para poder obtener instantáneas de verdadero valor. Hay que disparar muchas veces para obtener unas buenas fotos.
Muy complejo lo de obtener unas instantáneas de calidad, también es importante tener una buena herramienta de trabajo: la cámara y por supuesto, ser un buen fotógrafo, hay que conocer y manejar la fotografía que como todo es toda una ciencia.
Una cosa verdaderamente curiosa de Budapest es que sus monumentos están perfectamente iluminados, por la noche es impresionante moverse por los margenes del Danubio o ir andando por sus puentes y divisar los monumentos que hay a cada lado, son un verdadero reclamo publicitario para esta ciudad, se podría definir como las LUCES DE LA CIUDAD.
Esto se contrapone con la escasa iluminación del resto de sus calles, si andas por los barrios del centro de la ciudad salvo las arterias principales, el resto de calles tienen una iluminación deficiente, solamente se ilumina lo que es el centro de la calzada que la atraviesa, con una luminaria poco potente suspendida en el aire mediante un par de cables. Es digno de ver, de verdad, casi hay que ir a casa con una linterna, da verdadero pavor el moverse por las calles cuando ha oscurecido y pensar que esto es el Este de Europa y ahora mismo a las 6 de la tarde empieza a oscurecer.
Hoy que conseguido fotografiar algunos sitios en los que no había estado en mis anteriores visitas, bueno la de la maraton se puede olvidar porque en un día no da practicamente para nada, solamente para cansarte y darte un palizón el día de la carrera.
Me he recorrido la ciudad de arriba a abajo, hoy ha tocado ir de puente a puente (con la ubicación del hotel el puente de Erzebet es obligado cruzarlo si quiero ir al centro), estaciones del tren, centros comerciales, habéis leído bien: domingo y los grandes centros comerciales abiertos: pegando a la estación de Nyugati ( en obras su exterior por culpa de la nueva línea de metro) hay uno y a escasos 250 metros otro, una delicia para los compradores; he llegado a la conclusión que todos vestimos igual, las mismas marcas en todos los sitios, solamente nos diferencia: el idioma, los rasgos faciales y el interior porque del exterior: ninguna diferencia, los mismos trapitos, creerme; ah!! y los mismos precios con menor nivel de vida: economía global, diría el otro.
Una cena camino del hotel, una buena ducha y estos comentarios es lo que hado el día de hoy, que la caminata bien lo vale.
Espero recordar mañana cuando empiece a dar vueltas en la cama, que estoy en un hotel y que el horario del desayuno hay que cumplirlo; hoy he estado tirado en la cama y se me ha olvidado donde estaba, he salido a patear sin desayunar, tranquilos, se puede caminar sin ningún problema, a media mañana una parada en una panadería a comprar un enorme cruasán y ensaimada han calmado el apetito.
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