domingo, 28 de marzo de 2010

AL SPRINT

Una cosa bastante curiosa que se puede ver en las grandes ciudades, se refiere a la velocidad con la que hay que pasar los pasos de cebra, sobre todo en las grandes avenidas, un muñequito verde, un pitido y un reloj con los segundos en descendente te marcan al ritmo al que tienes que cruzar la calle. Aquel que no vaya al ritmo correcto puede armar una buena, una persona con muletas o con problemas para andar a un ritmo vivo no va a llegar a tiempo al otro lado de la acera.

Esto es un detalle que me he encontrado recorriéndome la ciudad húngara de Györ. Junto a Székesfehervár y Budapest conforman el triángulo industrial de este país. Una cosa que caracteriza a esta ciudad es que la parte más antigua de la ciudad se encuentra bastante bien conservada y su plaza en proceso de remodelación. Una gran cantidad de calles conforman este centro histórico, con una gran cantidad de iglesias de diversas religiones.

Llegar hasta esta ciudad desde Budapest, poco más de 2h. de tren, te permite conocer el entorno de una gran cantidad de ciudades de mayor o menor envergadura por las que se pasa, sin duda alguna por la amplitud de sus estaciones de tren: Tatabánya y Komárom las más importantes; la mayor parte de nucleos urbanos no disponen de edificios de muchas plantas, la gran mayoria son edificaciones de una sola altura, salvo Tatabánya donde si se veían torres; un terreno practicamente llano, con no demasiadas dificultades orográficas hace que en esta entrada de Budapest, se pueden observar grandes superficies comerciales y áreas de almacenaje y distribución.

Me estoy convirtiendo en un experto en trenes, las dos salidas que he realizado han sido en este medio locomotor, hay que decir que no tiene mucho misterio, es casi imposible confundirte de tren, un gran panel te indica que tren tienes que coger y en que anden se encuentra; lo de sacar el billete no es nada complicado, pronunciar el destino y unas cuantas palabras más, hacen que la dependiente comprenda que tu nivel del idima hungaro es más o menos: nulo; para pagar te indican el precio en una calculadora y unos gestos oportunos para saber si es de ida y vuelta y ya está a sentarte en el vagón que desees.

Trenes hasta ahora he montado en dos tipos: hoy en uno super-moderno de color rojo, al que tantas paradas le impiden coger su velocidad máxima; se nota que la via ferrea se encuentra en obras en distintos tramos, supongo que para adecuarla a estos nuevos trenes y para poder conseguir aumentar una mayor frecuencia de los mismos.

Ah!! aqui los railes se fabrican en Gÿor; ayer me monte en un tren de color azul, por el que los años parece que no pasan en balde, con compartimentos privados para seis personas, que supongo que serán los de primera clase, bastante curioso el tren, lo importante es que nos llevo al lugar de destino, unas puertas de apertura manual, que según se abre salen los peldaños, en los que hay que subir o bajar con extremada precaución, ni punto de comparación con las puertas de apertura electrónica a ras del suelo del convoy moderno.

Como se nota lo que avanza la tecnología; ventanas de apertura manual, frente a cristales herméticos, identificación de paradas tanto por megafonía como por via visual, es casi imposible no salir en el lugar adecuado.

Ya sabéis, éste ha sido un día AL SPRINT, tanto por el tren como por el paso de cebra, él de la imagen tendrá que seguir dando paladas.

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