Los seguidores de este blog, que se cuentan por legión, se habrán estrañado al no leer mis andanzas en el día de ayer, así que me he sentado a primera hora de la mañana delante del computador para redactar unas líneas atractivas y sugerentes.
Es bastante complicado entrenar dando VUELTAS siempre al mismo circuito, se convierte en rutinario, algo monótono, pero e aquí que los elementos climatológicos le ponen su parte de gracia al asunto.
Contra los elementos no se puede luchar, si toca entrenar no se puede uno echar atrás porque al comenzar el entrenamiento diario te encuentres con la lluvia como acompañante de viaje, además resulta bastante curioso como la mayoría de las veces al empezar tiene un matiz fino y delicado y según van pasando los kilómetros se convierte en fuerte y agresivo, para terminar como empezó, suave, suave para que ya no te acuerdes de ella.
El entrenamiento de ayer se caracterizó por tener una compañera de viaje, presente en todo el recorrido, además es curioso, no es necesario llevar música porque cada paso que das se convierte en una nota que resuena recordándote que está ahí presente, siempre contigo, inseparable.
viernes, 29 de enero de 2010
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