Un pianista hace uso de sus manos para transmitir lo que él siente por la música a un auditorio de personas, pero es curioso porque no solamente es necesario el movimiento de sus manos, el de su cabeza, sus hombros, sino que incluso el movimiento del pie para 'secar' el sonido que sale del piano en el momento adecuado para volver a oírlo de nuevo con el compás indicado en su memoria. No es necesario el uso de la palabra para poder transmitir sus sentimientos por la partitura que esta reproduciendo con la maestría de un gran maestro.
Es muy difícil para un neófito poder valorar si el concierto que acaba de presenciar esta a la altura de los aplausos que el auditorio esta dedicando a la persona que se ha sentado frente al piano.
Parece ser que eso de no pronunciar palabra no es solo patrimonio de los pianistas, alguna que otra persona que conozco utiliza el mismo mecanismo para transmitir sus pensamientos, emociones,..., lo cual hace mucho más dificil saber lo que piensa, lo que te quiere decir o lo que ha pensado.
De esta forma acabo el día: ...SIN PALABRAS... pero cabe resaltar que el 'hombre del tiempo' esta vez fallo con sus pronósticos, un tímido sol se hizo protagonista de la mañana, no calentaba demasiado pero ayudaba a que el paseo matinal fuese más cómodo y agradable.
Camino del auditorio y del último de los puentes de la ciudad me encamine con la ilusión de conocer esta parte de la zona este de la ciudad, una gran cantidad de rascacielos, donde se ubican: empresas del sector servicios, se agolpan en fila en esta parte de Pest, denominada Millenium, llegando hasta el puente de Lagymanyosi, a partir de esta zona de la ciudad se puede ver con la mirada un espacio más desalentador, parace como si el tiempo se hubiese detenido en esta zona de la ciudad.
Parece que este es un viaje de ida y vuelta, ya que por la tarde después de dirigirme hasta el Puente de las cadenas, tras pasar por el mercado Navideño vuelta al hotel para cambiarme y poder disfrutar de un concierto de piano.
Por cierto creo que no probaría todas las 'comidas' que te ofrecen en dicho mercado navideño, será porque no estoy acostumbrado simplemente al olor de las mismas, dicho sentido echa hacia atrás al del gusto.
martes, 7 de diciembre de 2010
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