No, está no es la temperatura que hacía esta mañana en Vitoria, mientras corriamos por sus calles en la Media Maratón, sino que son las carreras que faltan para colgar las botas. En algún momento hay que poner el fin, ya va faltando la motivación del principio, aunque como me decía un compañero de fatigas antes de las salida: '... se echa de menos el ambientillo de las carreras, el previo a la salida, la propia carrera y el después de...', hay que destacar que llevaba un tiempo lesionado y hoy era el día de su reaparición.
No le faltaba nada de razón, el ambiente antes de una carrera es algo especial, llegar al lugar, buscar donde cambiarte, el dorsal, el ambiente de los vestuarios, todo el mundo contando sus batallitas previas a la carrera: sus entrenos, lesiones y desdichas; el calentamiento previo e incluso el disparo indicando la salida es algo especial; los Kms son los de siempre, inalterables: 21, van callendo poco a poco y al final la recompensa de traspasar la línea de meta, recoger el recuerdo de la carrera, la ducha de rigor ( siempre que la logística lo permita) y vuelta a casa.
Lo más importante, la sensación de las ganas que te quedan de que llegue la siguiente, para repetir el mismo ritual, las condiciones de la carrera las hace finalmente uno mismo, dependiendo de las exigencias y presiones que uno mismo se someta, el tiempo final: es lo de menos, lo dejamos para los de otro nivel, para los mediocres lo mas importante es llegar con una sonrisa de oreja a oreja y la satisfación personal del deber cumplido.
Lo dicho -4, son las que quedan para 40 que coincidiran con mi edad el año que viene: si Dios quiere!!. A esperar las siguientes con la misma emoción del principiante.
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