Viaje tranquilo, poco tráfico y a eso de las 10 1/2 ya estaba en Ribadesella, dando un pequeño paseo que me ha servido para estirar las piernas, reconociendo el terreno y ver este municipio de la costa asturiana, me había hecho un plan para ir a un mirador cercano pero he cambiado los planes y me he quedado en el mismo pueblo, recorriendome las calles del centro y subiendo a los altos, en uno de ellos he comido algo, las carreras a la hora taurina siempre se me atragantan y no tenía demasiadas ganas de volver a repetir malas esperiencias.
Un día espectacular, un cielo azul, ligera brisa hacían presagiar algo bueno, así que con ese ánimo nos hemos calzado las zapatillas y me he montado en el autobús que la organización a dispuesto para llevarnos hasta la línea de salida en el municipio de Arriondas. Eso sí, hemos ido por la misma carretera que por la que teníamos que volver corriendo.
Antes de iniciarse la carrera, parecía que el tiempo iba a cambiar, las nubes se estaban acercando a la línea de salida, para ponernos a prueba, pero hay que agradecer que no hayan descargado agua y que en algunos momentos hayan aplacado la intensidad del sol. Según nos hemos ido acercando a la meta un viento de cara nos ha ido recibiendo, hay que decir que se agradecía porque la temperatura era bastante alta, más o menos 19 grados.
La organización nada más salir nos ha dado UNA VUELTINA por Arriondas, en sentido contrario a la de la carrera, para a posteriori devolvernos en la dirección correcta, carrera practicamente en bajada o llano en su 85 % del recorrido, casi no había cuestas, sobre un buen asfalto, por el arcén de la carretera (amplio en su mayor parte), buena organización, bien controlada, siempre al lado del río Sella, por donde se realiza el famoso descenso en piragua.
Las casualidades de la vida han hecho que haya corrido junto a una chica con la que he coincidido en varias de las carreras que dispute el año pasado en Asturias, no tenía demasiadas ganas de hablar porque el fin de semana pasado estuvo corriendo el maratón de Milán y bastante hacía con mantener el ritmo; en la última carrera en la que habíamos coincidido la semana anterior estuvo corriendo en el maratón de Roma, menos mal que la pillo cansada sino me deja tirado en la cuneta.
Seguramente por el perfil del terreno, hemos ido casi toda la carrera a un ritmo de 5 min. el km, al final nuestros respectivos esfuerzos del pasado fin de semana han hecho que hayamos aflojado un poco en los últimos 3 km y hayamos subido un poquito esa medía.
Esta vez como premio solamente ha habido una ducha, no había entrada para ningún spa natural, así que después de remojados: carretera y manta. La próxima en Gijón, de la que ya me han dicho que la organización una M. pero el circuito precioso junto a la playa, eso espero!!